Fotografía: Julián Mateos
El cielo pierde su color original como nosotros perdemos nuestra esencia. Es irrelevante, no es algo preciso y estático. Cambiamos luces por sombras, sonidos por melodías, oscuridad por destellos. Entonces llueve; en tu corazón agua salada, como la del mar, aunque yo la prefiera dulce y serena, en el alma, delicados pétalos de rosa, de esas rosas con un tallo de sangre, en tus manos lloverá rocío, ráfagas de viento, hilos del sol o líneas de plata...pero esas estrellas, rebeldes, viajeras, juntas o separadas, esa lluvia que se llevará tu sonrisa por varios minutos, te esperará en la peña, con su propia luz y su propia existencia.
2 comentarios:
Yo creo que la esencia no la perdemos, aún con luces o sombras, aún con lluvia en el corazón, aún con sonrisas como estrellas. Que bueno que publiques textos como bien sabes hacerlos y una muy bonita fotografía.
Besos dulces Marina.
Nuestra esencia va cambiando, es inevitable, aunque hay que hacer lo posible para que los cambios sean luminosos.
Gracias por tu visita, siempre agradable.
Besos tbn para ti W.
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