3 de diciembre de 2009

UNA DE ALMODÓVAR

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Ana conocía los pasos. Eran los de la enfermera alta, muy delgada con aquella nariz larga y puntiaguda. Cuando te miraba con su nariz, sabías que la bronca estaba asegurada, lo de menos era el por qué.

Ana estaba segura que no pondría a hacer pis a la niña que lloraba. Sólo le daría varias voces para que se durmiera.

Ana comprendía que, una vez más, sería ella, lentamente y sin hacer ruido, quien se levantaría de su cama. Con mucho cuidado, a oscuras y sin mediar palabra, cogería la cosa esa de plástico de debajo de la cama y poco después todos se dormirían, por fin, en aquella enorme sala de hospital.

Porque la historia se repetía cada noche, varias veces, Ana lo sabía

Ana estaba muy nerviosa. A la mañana siguiente la operarían. Había escuchado decir a los médicos que esa sería la última vez y la definitiva. No habría más intentos. Aunque no lo entendía del todo, al fin y al cabo sólo tenía 6 años, intuía que lo de mañana era importante.

Se despertó en aquella enorme sala de hospital que le era tan conocida. Su madre tuvo que marcharse al anochecer, eran las normas… Ana sabía que nadie acudiría a su llamada. Las enfermeras del turno de noche dormían o charlaban. Hacían rondas cada cierto tiempo, riñendo a derecha e izquierda, arriba y abajo, de costado, de frente y siempre.

Ana no llamaba nunca para hacer pis.

Una mañana la despertaron los gritos de la monja encargada de su sala. Gritos al lado de su cama. Se dio cuenta, horrorizada, que había mojado la cama, el vendaje, su pijama… pero los gritos no eran para ella, eran para la nariz de la enfermera alta. Llegó, le cambió la cama, ¡sonriendo! Y se marchó. La monja, su Monja, la que les protegía a todos, la que cuidaba sus días, nunca sus noches, se acercó y le regaló un suspiro.

- No nos quieren ¿verdad hermana?
- No, no os quieren, pero recuerda: “Quien no te quiere no te merece”.

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Ana mira impasible a su marido. Le escucha decir que se va, que la deja, que se toma un tiempo, que tiene que pensar…
Ana interrumpe esa verborrea absurda.

- Oye, Tú ya no me quieres ¿verdad?
- Bueno… no sé… supongo que no tanto como antes….
- Entonces, no me mereces.

Ana cogió el teléfono, quedó con una amiga y se fue al cine…

Creo que ponían una de Almodóvar…

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31 comentarios:

LAGUN dijo...

¡Hombre, sí! Quien no te quiere, no te merece: Adiós... Y al cine con un@ amig@.

¡Vale! Pero, ¿por qué verborrea absurda? Es que, a lo mejor, es eso: que ya no l@ quería o, como decía, que tenía dudas.

Y, por eso ya: Adiós... Y al cine con un@ amig@.

Yo te pregunto: Y el-la, tan segur@ como se muestra: ¿l@ quería? ¿l@ merecía? Quizás ahí esté la respuesta a negarl@ una segunda oportunidad. Si es que no la había habido antes, claro.

Y como verás, Marina, me he puesto en los dos planos: tanto en el masculino como en el femenino, que “no he barrido para casa”.

Un beso.

Manolo dijo...

Una elipsis muy cinematográfica. Nos da alegría saber que te merecemos.
Besos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Si alguien me hubiera dicho algo así de niño...
Besos.

María dijo...

Cuando el amor se termina es absurdo intentar alargar algo que está muerto porque la monotonía puede destruir, lo mejor, es cortar por lo sano, pero la vida sigue, y siempre se puede seguir teniendo amistad con la persona que fue el amor de tu vida.

Me gustó mucho este post, Marina.

Un abrazo.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

¡Qué manera de jugar con el tiempo, profe!

Y no digo más, aunque te molesten las respuestas cortas; pero me acojo a mi derecho de pensar que es suficiente. Bueno, con un beso, claro.

apm dijo...

Vaya Marina, que relato de más hondo calado, simple, llano, cruel y real como la vida misma: Me ha encantado, mucho, muchísismo... quien no te quiere no te merece... dicho a una niña es duro, tirando a muy cruel, dicho a tu pareja, así, mirandolo a los ojos, es como genial, más que directo, inteligente, sutil y renovador de una misma, máxime, yéndose después a una de Almodovar.
A veces las cosas son como son, sin más, decirlas simplemente, libera, constatarlas y asumirlas pasando página, hacen crecer
!bravísimos tus dos tiempos, infancia y madurez!

Un besote, de esos gordos

Satine dijo...

exacto marina

Yo también tuve a mi enfermera monja...recuerdo perfectamente todos sus BUENOS DÍAS LIDIA...con su delicioso acento catalán...yo contaba con 4 años, y había pasado por una experiencia muy traumática, fuera de mi hogar, en un lugar lejano...las carreteras no son las de hoy, y la familia venía poco...pero ella siempreeeeee estaba allí, todavía recuerdo la forma que tenía de abrir las cortinas de mi habitación.

muchos besos

pd: cuánta verdad es aquello de quien no te quiere no te merece.....vamos ni una sonrisa...que últimamente las vendo caras...cualquier mojigato no se va a llevar mi auténtica sonrisa...con un hola va más que sobraó...tengo que llevarte el libro...a ver cómo lo hago....al igual te doy alguna sorpresa...besos...he dicho besos???...jajaja

Isabel Huete dijo...

Como dice Pedri, a mí también me hubiera gustado que ya desde niña me hubiesen dicho algo así, ¡con la de monjas que tuve que tratar en mis internados! Mi madre siempre me decía que había que tener dignidad pero entonces yo no sabía todavía lo que quería decir.
A veces sabemos que no nos quieren sin necesidad de que nos lo digan y nos negamos a irnos al cine a ver una de Almodóvar porque aún tenemos la inútil esperanza de estar equivocados.
Una historia muy pedagógica.
Besazos, guapi.

alfonso dijo...

• con la mirada en el umbral...

¿Es una bonita parábola? Habrá que pensar en lo que hacemos y como nos ven.

• quiero que me toque dulce
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CR & LMA

chuly dijo...

No comparto la frase " quien no te quiere, no te merece". Solo la entiendo como argumento para levantar la autoestima y como auto defensa,ante el desamor.

No puedes obligar a nadie,a que te quiera.Lo realmante duro es equivocarte,pero es mejor equivocarte, que dejar de luchar por la persona que quieres.

un beso compañera

María dijo...

¡¡Hola MARINA, guapa!!

De las mejores cosas que has escrito, de verdad.
Supongo que cuando estás desvalido o en una situación de casi dependencia absoluta como es un hospital, es cuando más valoras el cariño y el calor de los que te cuida. Entiendo que no todo el mundo tiene esa mano y ese calor que necesitan sobre todo las enfermeras. Deberían hacerle un psicotécnico de paciencia y amabilidad y si no pasan como en las opos de la guardia civil, por mucha medicina que sepan fuera con ellas.

Es como la gente que está cara al público, alguna, tenían que meterla de cabeza en el ropero, solo decirte buenos día ya parece que te muerden.

Respecto a lo que le ocurre finalmente a Ana con su marido. Pues a ver, si salida fue de libro, más de una debería aprenderla, pero...
¿De verdad tu crees que después de algo así sería capaz de ir al cine con una amiga?
Con una amiga vale, pero a soltar el moco y parlotear..., Porque de la peli, dudo que se enterara. ;-)

Muchos besos, mi cielo.
Y mil gracias, sé muy bien que esto es ficción literaria, nunca he tenido duda alguna de ello. :))

Marina dijo...

LAGUN. Está bien ponerse en los dos planos, es lo más imparcial. Yo creo que en esa historia ambos pierden… pero ella, seguramente, rehaga su vida con más facilidad.
Es buena tu aportación.
Besos.

MANOLO, ¿Cómo tú por aquí? ¿Ya no me comentas por teléfono? Jajaja
No es mi historia, es la de Ana. A mí me merecéis todos… yo no sé si os merezco, pero estoy en ello.
Un beso cinematográfico.

PEDRO. Si alguien me lo hubiera dicho a mí…
Besos

MARÍA. Gracias hermosa por tu comentario positivo. Me alegro que te haya gustado, lo inventé para que cada uno sacase sus conclusiones.
Un beso

MSM. ¿Te ha gustado?, pues con eso es suficiente.
Tú acógete a lo que quieras… derecho o torcido, que ya te daré yo… con un beso claro.

APM. Para que el adulto aprenda cosas como estas, supongo que deben ser metido en la cabeza desde temprana edad, de otra forma “no cala tanto” . Gracias por tus palabras.
Un abrazo de oso para ti.

SATINE. Deberías haberme contado tu historia para hacerla con un poso de realidad. ¡Cachis!.
¡Sorpréndeme por favor!, pero cuidado corazón, asegúrate que estoy.
Besos cariño mío.

ISABEL. Yo traté con muchas monjas en el cole, uffff, pero no decían cosas de esas, no, nada de eso.
Besos de arc on ciel..

ÑOCO. ¿Parábola? En qué asignatura nos centramos: En mate o en lengua. Yo te veo más de sociales… así pues ya me explicarás cómo conjugamos una parábola en sociales… es que yo soy de letras.
Por cierto, te toca dulce, por supuesto.
Un beso chavalina.

CHULY. Voy a discrepar de tu razonamiento, aunque me parecen bien tus palabras.
Yo no lucharía nunca por alguien que no me quisiera, si no me quiere, pues que le voy a hacer, ¿Luchar?, uf que pereza. Precisamente por lo que tú dices: “no puedes obligar a nadie a que te quiera” ¿entonces? Me parece que la prota de la historia tiene una actitud estupendísima… otra cosa es poder tenerla en la vida real, eso me parece complicado.
Un beso compa.

Marina dijo...

Hola Lianta, te has colado mientras contestaba.
La prota es una prota de historia y hace lo que yo le mando que haga. Si le digo que al cine, se va al cine...ojalá en la vida real, se pudiera hacer lo mismo.
Mi historia, lo que pretende, es decir, que SÍ que se puede, que quien no te quiere, no te merece. Eso es una realidad... pero, la vida es otra cosa.
Besos lianta queridísima.

johnny dijo...

Una reflexión muy bonita sobre la autoestima y la necesidad de aceptación por los demás. Gracias por visitar mi blog y dejar un comentario. Castilla debe tener cosas preciosas para fotografiar.
Una saludo

TORO SALVAJE dijo...

No sé si hay mucha gente tan consecuente y valiente.

Besos.

SILVIA dijo...

Tambien se puede decir ¡Adios! e irse, no se...por ejemplo...¿a casa de tus tios? Jejeje!!!
Cuando el amor se acaba, lo mejor es el adios a tiempo.
Muy, muy bueno tu relato. ¡¡Que tiemble Almodovar!!!
Mil besitos!!!

Anónimo dijo...

Más que claro: quien no te quiere no te merece”

Así de sencillo y simple.

Un placer leerte. Saludos.

LOLI dijo...

He sentido la soledad de Ana de niña,pobrecita cuidando a su compañera y dandole lo que deberian de darles un adulto,atencion y cariño.Creo que es normal que de mayor no quiera perder el tiempo con alguien que no te quiere o que no te demuestra su amor como necesitas.
A veces cuando no notas ese amor si luchas por el al final tienes la recompensa y vale muchisimo la pena.
TE QUIERO!! GUAPISIMA!!
Aver si te veo por el chat que tengo cosas que contarte ;)

LOLI dijo...

Bueno, Chuli lo ha expresado mejor que yo,jajajaja

Sinda dijo...

Qué bueno; y qué bueno el comentario de Manolo.
Besosssss

Makiavelo dijo...

Te da que pensar y te ha perder la noción del tiempo.


Saludos.

isabelgg dijo...

I like this moving post very much, above all the childish part of the story. As for the second part I would have chosen another kind of film. Spit me if you like but I don't like Almodovar.

Kisses.

Marina dijo...

JOHNNY. Castilla hay que conocerla. Me repito, lo sé, pero en mi tierra, tenemos el otoño más bonito del mundo.
Un abrazo.

TORO SALVAJE. Yo tampoco lo sé. Pero estaría bien que la hubiera o hubiese.
Besos

SILVIA. Tb se puede, claro, Almodóvar, tíos, primos… todo vale
Un beso mi niña.

SALVADORPLIEGO. Así de sencillo y simple. Así de complicado y confuso.
Gracias y besos. (buen blog)

LOLI. Tú siempre tan sentida y tan tierna. Gracias cielo, eres siempre un soplo de aire fresco.
Mil besos princesa.

SINDA. Gracias hermosa: Manolo comenta poco, pero cincela los comentarios.
Besos dobles… o triples mejor.

MAKIAVELO. Piensa, piensa… pero actúa.
Un abrazo. (buen blog)

ISABEL. Ojala pudiera contestarte en inglés… estoy en ello. Te llevaré a ver una de Almodóvar… y cambiarás de opinión.
L.Y.

Marina dijo...

Johnny, disculpa, buen blog tb el tuyo.

cuarentaydosymedio dijo...

¿Y le gustó la película?
¿Y disfrutó más de la compañía de la amiga?
¿Y ella le quería a él?
Contestando a la última, tengo la sensación de que no, de que ella tampoco le quería a él, que prefería una de Almodovar con una amiga. Ella eligió, y como siempre que se toma una decisión, tuvo ganancias y pérdidas. Ella ganó gano la película, gano la amiga, gano quizá darse otra oportunidad… Pero perdió su compañía, la de él, aunque quizá ya la tenía perdida, porque él no la quería, pero ella tampoco a él… Por lo tanto no se merecían el uno al otro. Lo mejor que pudo hacer fue irse al cine. Cuando volvió a casa él ya no estaba. Quizá le echaría de menos, o puede que no. En todo caso podía iniciar un nuevo recorrido a partir de ese momento, aprendiendo de todo lo que pasó antes. Aprendiendo a manejar de otra forma ese puntito de orgullo y soberbia que terminaba siempre por deshacer las relaciones tajantemente, yéndose al cine con la amiga…

Besos merecidos

Marina dijo...

42'5. Buena interpretación. Quizá la paciencia y la empatía sean, al fin, la madre de toda ciencia. Tendremos que inventar otra historia con un final "Más" feliz... aunque talvez, podría ser, que este final, no fuera del todo malo... ni bueno, ni todo lo contrario. ¡Cachis estas historias-relatos-ficciones-aparatoseos que no explican todo!

Me quedo con tus besos, porque ciertamente, sé que los merezco (ja ja ja)
Te mando por correo aéreo cienes de besos variados en formas, tamaños y colores.

María dijo...

¡¡Pero MARINAAAAAAA!!

Yo diciéndote en mi blog, ahora voy que esto del tango se que es una indirecta, pensando que habías hecho una entrada sobre el tango...

Y...¡¡¡No me has cambiado nada!!!

¡¡¡Sniiff!! ¡¡sniiff!!

Bueno, no importa, yo te dejo mi favorito...
Lo bailas en casa, con tu cariño...
¡¡Vete despejando de muebles el salón!! ;-)
POR UNA CABEZA, DE GARDEL

¡¡Ale!! ¡¡A que esperas!! ¡¡A bailaaaaar!! :))

Mil besos, guapa.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Claro que me ha gustado, profe, si estás que te sales.

Un besorro, que arrecian los frios; también los del alma, si no los ponemos a buen recaudo.

Marina dijo...

MSM. No sé a lo que me contestas, pero sea lo que sea que te haya gustado...¿No te estarás volviendo imparcial?. je je.

Un abrazo calentito para los -4 graditos que adornan mi entorno.

Marina dijo...

quiero decir "Parcial". Despiste.

Ana dijo...

ME HA ENCANTADO