SOÑANDO TUI

No, no eran siete horas. Arrugamos el camino para que sólo fueran cinco y nos pillara la noche a cubierto. Lo que entonces no sabíamos, era que cenaríamos a la luz de sus estrellas, con una copa de Terras Gaudas y en la mejor compañía.

Por la ventanilla del coche se asomó un enorme flequillo y detrás; detrás ella, alborotando, corriendo, dando instrucciones… Paramos el tiempo, un tiempo que fue nuestro cómplice y confidente de sueños.

Se reconocieron las voces, los sentimientos. Se tocaron las manos, los dedos acariciaban la piel, caliente, la de ella, nerviosa la mía. Se encontraron las miradas penetrando en almas ávidas una de la otra… tímidas aún.

… Y se reconocieron.

… Y nos reconocimos.

El río Miño nos vio llegar. Jugó con la curiosidad y el atrevimiento. Pasamos de uno a otro país conquistando una fortaleza… con ella, siempre con ella.

Los celtas nos enseñaron sus casas y el mar nos regaló sus sombras, mientras una mano amiga sujetaba la mía para no tropezar. La noche nos había envuelto pero nunca nos faltó una luz.

Unos delfines salpicaron de risas y seriedades nuestro camino, navegaron con nosotros mostrando calles, callejas, parques y barcos… Y en las brasas se asaban, vigilados por él, miles de instantes para conservar.

M * A * P * S: Con todo mi cariño.