Fotografía: Eduardo Álvarez
Dos torres de cuatro. Serán las más antiguas, quizá solo cansadas. Una, devastada por un incendio, la más alejada, extrañamente en pie.
La ciudad queda del otro lado, del lado amable, espectacular. De la parte del río, unas pequeñas y atrevidas flores, brotan a destiempo y nos alegran la mañana.
Termina un día, o tal vez comienza, la diferencia solo está en el punto de vista de las nubes.
4 comentarios:
Queridos amigos. Siento la moderación de comentarios. Sólo será mientras dejen de venir personajes no gratos.
Perdonad las molestias.
Siempre hay diferentes percepciones para una misma situación. Y las flores nunca te abandonan.
BdG.
Tu prosa poética acompaña en perfecta conjunción la belleza de esa foto.
Besos mil
Y lamento que visitas mal intencionadas te molesten, espero que sean breves.
·.
Juegan las nubes con la ventaja de disfrutar de todas las torres, y de las dos vertiente de la belleza.
Los días no terminan, solo se suceden.
9B9
.·
LMA · & · CR
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