8 de febrero de 2015

NARANJAS CON ACEITE DE OLIVA




Era la tía Antonia una mujer fuerte por dentro y robusta por fuera. Contenía el valor que da vivir en un mundo hostil y conseguir que no lo parezca. Sus manos, hábiles para cualquier cosa pelaban las naranjas de “guasi” como si fueran de mantequilla.

Yo la miraba fascinada.

Por aquel salón de tapetes de ganchillo con filigranas imposibles, trasteaban mi tía Margarita, mi tía Mercedes y mi terrible tía Perpetua, la más anciana y la que tenía peor genio.

Todos vivían en Madrid, en aquel Madrid de postguerra  reciente, en el que todos teníamos algún pariente… poco de pariente, pero mucho de familia.

Yo esperaba que se cumpliera el ritual de cada salida del hospital. Los médicos me daban el alta, pero no se convertía en una realidad hasta que mi tía Antonia decidía que ya podíamos volver a casa.

Peladas, troceadas en rodajas redondas y apetitosas, el jugo se salía por cada poro. Era entonces cuando las gordezuelas manos de mi tía Antonia cogían la aceitera con aceite de oliva, especial para las ocasiones, y rociaba generosamente las rodajas de naranja.
-      
    .- Para que cojas fuerza y vuelvas a casa con buen color.

Todos se sentaban en su lugar alrededor de la mesa, mientras yo iba comiéndome, una a una, las rodajas de aquella exquisita naranja bien untadas en aceite y que todos celebraban.

No tengo ningún recuerdo del sabor, sólo del momento. Jamás he vuelto a comer así las naranjas, pero si alguien me pregunta,  juro convencida que no hay manjar más rico en el mundo, no en vano eran la llave para volver a casa.


***


Dedicado a José Vicente García Torrijos y sus “Sueños de Escayola” Libro impagable que recomendaré, en cuanto él me dé luz verde. 

Y entrañablemente dedicado a mis Tías (con mayúsculas) que cuidaron de mí y de mi madre cuando tanto lo necesitábamos.

21 comentarios:

Marina dijo...

A veces la memoria se duerme y deja reposar recuerdos pasados, sabores, instantes, colores y sensaciones, sencillamente, porque piensa que su momento ha pasado. Es entonces cuando llegan personas, pluma ágiles y perfectas, que te devuelven a una realidad que pensaste casi perdida.

El Hospital del Niño Jesús, en Madrid, mi familia madrileña y todo lo que sucedía alrededor, han vuelto a mi presente, de la mano de un gran escritor y un magnífico libro.

Yo he sido una privilegiada y ya lo he leído. Avisaré cuando se pueda adquirir.

Gracias José Vicente. Besos

DUlCE dijo...

Los mejores aromas son los de los momentos. Bonita entrada MB.

BdTG.

chusa dijo...

Marina es precioso y emotivo lo que has contado. Naranjas aceitadas y la sensaciòn evocada.
Espero que salga esa obra que citas "Sueños de escayola", ya nos avisaràs. Creo que me va a interesar mucho
Un abrazo, bella

tomae dijo...

Una forma muy cariñosa de recomendar un libro Marina, y por supuesto también una preciosa forma de recordar el tiempo pasado ¡olé a tus tías! Felicidades al autor.

Marina dijo...

DULCE.- Si, los de la memoria, aunquw sea prestada. Gracias MG

BdTB

Marina dijo...

CHUSA.- Hola corazón. Se me olvidó decir que wstaban tb aderezadas con azúcar.
Avisaré cuando salga xk es una belleza de libro.

TOMAE.- Mis tías las mejores del mundo.
Por cirto sigo siendo buena.

Te quiero Ex

alfonso dijo...


¿Yno le echabas un poco de azúcar?
Buen texto y mejor homenaje a quién se lo merece todo, las buenas gentes que te han ayudado a ser feliz.

BSNGNS

· LMA · & · CR ·


Marina dijo...

ÑOCO.- Sí, eso mismo me preguntó Arturo y ciertamente, seguro que le echábamos azúcar, pero no me acuerdo.
Gracias.
B9B

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Es la emoción del recuerdo lo último que se pierde.
Besos.

Marrubi dijo...

Con el paso de los años hay algunos detalles que se esfuman en la memoria, pero los momentos siempre quedan.

Hay palabras que al leerlas se transforman en preciosas fotografías color sepia cargadas de historias de vida.

Un bello texto. que me ha transportado a otras conocidas salidas de hospital.

Un beso enorme, Marina.

José Vte. dijo...

Emocionantes tus letras y tus evocaciones querida Marina.
Hasta los recuerdos más difíciles pueden tener la dulzura y el sabor de una naranja regada con aceite de oliva, si quienes lo protagonizan nos han mostrado gran parte de lo que hoy somos. Son ese sabor que se incrusta en la memoria como parte de nuestra vida, y que, aunque parece que lo vamos olvidando, basta un empujoncito, algún detalle en cualquier día, para que asome de nuevo con toda su carga emocional e incluso de nostalgia.
Precioso lo que cuentas de tus tías.

Muchas gracias Marina por tu dedicatoria y por esas palabras tan bonitas que me regalas. Es un orgullo para mí saber que Sueños de escayola te ha gustado.
Por supuesto te mantendré informada de cualquier novedad que surja sobre su publicación.

Muchos besos.

Marina dijo...

PEDRO.- Los recuerdos solamente duermen, reposan… pero están ahí.
Besos.


MARRUBI.- Es curioso, porque yo le decía a José Vicente que recuerdo sobre todo, olores, sabores… el del café en unos vasos de plástico de colores… en fin, ya sabes.
Besitos fresita.

JOSÉ VICENTE.- Yo me lo he pasado genial leyendo el libro y espero que todo el mundo pueda disfrutarlo. Le he dicho a mi hija Elena que se lo regalo y está esperando….¡¡¡Vamos José Vicente!!! A por los sueños, aunque sean de escayola.
Besos Malvarrosas.

María dijo...

Te aseguro MARINA querida del alma mía que hoy no puedo con la vida que es lunes y como si fuera viernes después de un finde de traqueteo viajes y demás desgracias ( ninguna cercana y tranui;-) el caso es que llegue a tu casa más por darte un beso goordo que por tener ganas de leer y resulta que vas y escribes...

¡¡¡¡ lo mejor que te he te leído en meses !!! ... jaja y quiero que te lo tomes como un piropo ( te he leído y lo sabes ( más que nada porque me lo has puesto de deberes ;-) cosas muuuy buenas pero esto es un grandísimo piropo porque.. me ha parecido tan bien escrito en la elección de cada palabra, como entrañable en el contenido, tan efectista en el fondo como sinestésico en el cómo lo has contado .. vamos que a demás de mil besos para tus tías me ha parecido hasta rica esa guarrería de echarle aceite a las naranjas jaja xD! ... ¿¿ aceite?? ¿¿ de verdad ?? ... en fin, no me extraña que tengas tan buen color jaja debe ser desde entonces que lo conservas...precioooosa! ;))


Me ha encantado... al cubo:))

Bueno mi enhorabuena a este escritor que mencionas si habla de esta forma porque si es así ya me estás guardando un libro suyo para mi por favor..

Bueeno y no releer, vete a saber lo que he escrito y no me quedan fuerzas para borrar .. solo te dejo mil besos y prepárate que de esta no llego al viernes así que si el miércoles estoy en el felpudo de la puerta de tu casa por favor recógeme ¿vale? ;-)


Muaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaakkkkkssssss! gigante.

Anónimo dijo...

Te dejo besos muy dulces Marina
llevo unos dias pachucha,
por eso mi ausencia por todos lados ...
mas tarde paso y te leo con calma

Que tengas un dia precioso

Myriam dijo...

Me has emocionado hasta las lágrimas, Marina. Un beso muy, muy grande

Marina dijo...

MARÍA, SLAVE Y MYRIAM.- Gracias por vuestras palabras y buen fin de semana.

Besos para las tres.

Anónimo dijo...

.


¡SE BUSCA!

.

Joker dijo...

YO creo que esas naranjas eran mías jajaja...
Encantado de "vivir" tus letras Marina.
Besitos afrutados

Joker

Marina dijo...

ANÓNIMO.- jo, Jopetas y Rejó.


FERNANDO.- Holaaaaaaaa Jocker querido. Eran tuyas sin ninguna duda, las más deliciosas... sólo que yo entonces, no lo sabía ;)

Besossssssss

mojadopapel dijo...

Recuerdos agridulces, pero con sabor.

Myriam dijo...

¿Cuándo actualizas el blog? ¡¡Se te re-extraña!!

Yo retomé el mío, así que ahora me siento autorizada para hacerte esta pregunta ;-)

Besotes y Feliz Primavera